Xavier O’Callaghan Muñoz, Magistrado jubilado del Tribunal Supremo, comparte con nosotros su comentario sobre la Plataforma Familia y Derecho Pre, In y Post Confinamiento

COMENTARIO SOBRE LA PLATAFORMA FAMILIA

Y DERECHO PRE, IN, POST CONFINAMIENTO

 

Xavier O’Callaghan Muñoz 

Magistrado jubilado. Catedrático de Derecho civil

Socio fundador de la Plataforma Familia y Derecho

 

PRECONFINAMIENTO.  Antes del confinamiento, se había apreciado, con clara unanimidad, la desigualdad y el colapso en los Juzgados de Familia. No había unidad de criterio, uniformidad en las medidas, coincidencia en la ejecución. Todo ello alarmaba al jurista en general –abogados, jueces, fiscales–,  profesionales varios –psicólogos, mediadores– y, sin saberlo (ni comerlo ni beberlo) a los pobres justiciables.

Ello trajo consigo la preocupación y la idea de conseguir una uniformidad y de evitar el colapso. Y el primer paso para obtener ambas cosas fue constituir una Plataforma. Y se consiguió la Plataforma, no todavía la solución. Esta plataforma ha nacido con entusiasmo, con una pléyade de profesionales y una idea común de favorecer la óptima administración de la justicia en un ámbito tan humano, como es la familia. En definitiva, la unión de familia y derecho.

INCONFINAMIENTO. Todo lo anterior sucedía en un ambiente que podemos llamar tranquilo o apacible. Al menos, jurídicamente. No tanto, humanamente. Pero se podía hablar, platicar (como se dice allende los mares), reunirse. Y, desde luego, impulsar y divulgar las preocupaciones, las conversaciones y las ilusiones de la Plataforma Familia y Derecho.

De pronto y para sorpresa de unos y otros, aparece una pandemia que nos afecta de manera global. La globalización ha servido para muchas cosas y, lo que no parecía posible, para el desarrollo de una epidemia. Epidemias ha habido muchas. Afectaban a unos pueblos, o zonas, o una nación. Pero la actual pandemia, afecta a todo el mundo. Recordemos las históricas epidemias que llevaban a la muerte al cincuenta por ciento de la población. Ahora no es tanto, de momento, pero abarca a muchos más.

Y ello nos lleva al confinamiento. Durante el mismo, no podemos decir que haya desigualdad o colapso. Pero lo que hay, tampoco es de recibo. No hay un medio o un sistema para poner de acuerdo al escaso funcionamiento de Juzgados. Poco se hace, pero lo poco que hay adolece de los mismos problemas y desacuerdos que había antes, en el preconfinamiento.

La Plataforma sigue funcionando. Sus miembros están confinados, pero siguen actuando en el sentido de promover y concienciar la necesidad que siempre ha mantenido: la de crear una jurisdicción especializada en el Derecho de Familia. Ya no se debe hablar de Plataforma Familia y Derecho, sino de una jurisdicción de Derecho y Familia.

POSTCONFINAMIENTO. Todos nos preguntamos ¿qué pasará cuando acabe el confinamiento? Todas las preocupaciones que se presentan y que se han referido, aparecerán corregidas y aumentadas. El colapso se prevé y el Consejo General del Poder Judicial ya ha hecho pública su preocupación y su idea de tomar medidas (¿cuáles? No se sabe). La desigualdad e incluso el desorden van a ser inherentes al colapso.

La solución, si la hay (creemos que sí la hay) es lo que está promulgando la Plataforma. La creación de una Jurisdicción de Familia. Es algo urgente y de forma urgente se podría aprovechar para crearla, ahora que nos encontramos con un problema urgente y precisa que se tomen soluciones urgentes.

El postconfinamiento llevará consigo muchos y graves problemas. Además, urgentes. Debería solucionar –o por lo menos intentarlo– uno de ellos, que es, precisamente, el de la jurisdicción especializada de Derecho de Familia. Lo cual no es otra cosa que lo que propugna nuestra plataforma.

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