El litigio de familia es un conflicto judicializado, un enfoque basado en el concepto suma cero, que favorece la confrontación, impide la comunicación y promueve la intransigencia. Por ello, Familia necesita una jurisdicción especial y formación especializada, donde el componente emocional del conflicto sea tenido en cuenta por todos los profesionales implicados más allá de lo que dice la ley y promover el uso de medidas preventivas como la mediación para que las familias se responsabilicen del cumplimiento de sus acuerdo, dentro del marco jurídico