Considero que la especialización de los jueces y magistrados dedicados a familia redundaría en la mejor prestación del servicio de Administración de Justicia en una materia que afecta de forma esencial a la vida de los ciudadanos, y en especial, a los menores. La evolución social y las nuevas formas de organización familiar hacen necesario disponer de conocimientos y mecanismos especializados para dar una respuesta adecuada a las cuestiones que se nos plantean; la especialización favorecería además un trato igualitario y avanzar en el establecimiento de criterios unificados, que podrían contribuir en la disminución de la litigiosidad y de la conflictividad que puede derivarse del tiempo de respuesta que ofrecen los juzgados en este tipo de procedimientos