Los procedimientos de familia son tan especiales, que la relación de los litigantes no cesa con la sentencia como en el resto de casos civiles; los progenitores tienen que seguir relacionándose con los hijos, que no se van de casa hasta los 30 años.
Por eso, esos procedimientos han de ser tramitados por profesionales especializados, que conozcan las consecuencias de esas resoluciones